viernes, 28 de marzo de 2008

"Conversaciones con mi jardinero", una película encantadora.

Hace unos días vimos "Conversaciones con mi jardinero" (Jean Becker, 2007), una película francesa deliciosa y encantadora. Está basada en un libro con el mismo nombre del pintor y escritor Henri Cueco (Dialogue avec mon jardinier).
La historia es simple: un pintor de mediada edad y cierto éxito en París pero en medio de una crisis personal, artística y amorosa, regresa tras la muerte de su madre a la casa de su infancia, en un pueblo pequeño. Necesita de alguien que se ocupe de devolverle la vida al jardín y a la huerta que tenía su madre. El primero en responder a su anuncio para jardinero resultará ser un amigo de la niñez. Y entonces empieza un reencuentro de esas dos personas y de dos mundos.
Retoman una amistad que se rompió por la diferente extracción social de cada uno. El jardinero, hijo de familia humilde y sin posibilidad de muchos estudios, acabó siendo ferroviario. El pintor, hijo del boticario, estudió arte.
Pero la película no es un enfrentamiento de clases, sino un canto a la amistad y a la solidaridad; una reivindicación de lo sencillo y lo natural. Una llamada a que tengamos bien presente lo que realmente importa.

Con el día a día, cada uno trabajando en lo suyo, uno en los pinceles, el otro en el jardín, van observándose y descubriéndose. Y conversando, intercambiando impresiones... porque esta película es imagen pero sobretodo es diálogos. Saber escuchar al otro.
El pintor queda fascinado por la forma de hacer y pensar del jardinero, su honestidad, su sentido de lo correcto, su bondad y su falta absoluta de rencor. Lo admira inconscientemente y ello le ayuda a madurar y a replantearse muchas cosas que antes consideraba importantes.

En la entrevista que le hacen al director en la web (y que os pongo enlace directo abajo), a la pregunta ¿Qué le atrajo de la novela de Henri Cueco? contesta:

"Me sorprendió la forma de hablar, de expresarse del jardinero, con expresiones muy particulares. Supongo que Henri Cueco se quedó igual de sorprendido cuando conoció a ese hombre y le entraron ganas de escribir un libro, para que quedara algo de él. El jardinero es un ser singular, excepcional. Tiene una visión de la vida totalmente espontánea e ingenua, pero acertada y profunda. No es un hombre corriente. Sus palabras, transcritas por Henri Cueco, son extrañas y llenas de sentido común a la vez."

Con estas palabras y gracias también a una entrevista publicada en decine21.com al actor Jean-Pierre Darroussin, me entero que en la novela de Henri Cueco el personaje del jardinero está basado en una persona real. Más interesante aún.

Aparentemente sencilla y sin grandes pretensiones, la cinta está llena de momentos memorables, intensos y algunos muy divertidos. Actores que realizan un desarrollo impecable de sus personajes, una fotografía estupenda y un buen guión. Si me pidieran que quitara algo me pondrían en un aprieto. Creo que no sobra nada.
La película, que parece haber pasado injustamente desapercibida por los cines españoles (estrenada en septiembre de 2007), ahora está disponible en DVD y en las redes más libres del conocimiento.
Recomendable sin duda alguna.

Web oficial de la película en español
Entrevista con Jean Becker (El director)

4 comentarios :

Anónimo dijo...

Hola de nuevo. Hace tiempo vi esta película en los cines Verdi, de modo que no pasó tan desapercibida, pero además tengo que confesar que aunque desde hace un tiempo mi afición al cine me ha llevado antes a valorar las películas por su director que por sus actores, con Daniel Auteuil (¿se escribirá así?) siempre hago una excepción. De este actor os puedo recomendar, en orden cronológico: "Mamá, hay un hombre blanco en tu cama", imperdible. Otra aún mejor: "Salir del Armario" muy buena comedia y, finalmente, "Pintar o hacer el amor", interesante... Hay otras pero creo que con estas podríais empezar a apreciarlo.
Respecto de "Conversaciones con mi jardinero" estoy con Rodrigo en que es una historia con una gran humanidad tanto por parte de uno como del otro protagonista. Además le felicito porque nos ha "colgado" en el blog una excelente reseña cinematográfica. A ella me gustaría añadir dos cosas. La primera es que me gustaron mucho los cuadros que Auteuil "pinta" en la película. Desde hace tiempo me he ido dando cuenta de que en Francia hay mucho mercado para un tipo de arte como el que aparece en el film, al que valoro positivamente sin dejar de verlo absolutamente comercial. No quiero con ello menospreciarlo porque si algo no soy es crítico de arte y ya dije desde el principio que me gustó y, es más, ojalá en España se diera la aceptación que tiene en Francia la pintura. A lo mejor vivir de ella no sería una idea tan disparatada.
Por otro lado, y centrándome más en la historia, pienso que el acercamiento entre los dos personajes se debe a una cierta analogía en su forma de ver y de tomarse la vida. Ambos personajes, quizá por su origen común (un pueblito de provincias) enfrentan su actividad vital con grandes dosis de contemplación. Al jardinero le sirven para formarse una filosofía de la vida sin pretensiones que le permite disfrutar de las cosas que ésta le puede ofrecer desarrollando a su vez una actitud de profundo respeto hacia las cosas y las personas que le rodean para poder así formar parte de todas ellas de una forma equilibrada (casi zen). El pintor ha hecho de la observación su oficio y el método para desarrollar una vía de expresión, un estilo de vida, de comunicarse con el entorno, de interactuar con él... y de vivir de él. También ha desarrollado los retazos de una cierta filosofía pero menos profunda que los del jardinero, sino digamos que más "civilizada", seguramente por los distintos entornos sociales en los que se han movido cada uno. Éste en una gran ciudad, con una vida quizás más superficial y llena de "lujos" de los que no ha podido disponer el jardinero quién, a través de una vida más sencilla, no ha dejado de vivir con intensidad todo lo que ésta le puede ofrecer. Para mí está aquí el mensaje de la película y creo que el director o el escritor del libro toman partido a favor de uno de los dos personajes y de su mensaje vital. Al fin y al cabo no es el jardinero el que tiene la crisis existencial...
Una saludo a todos,
Dani

Rodrigo dijo...

Interesantes comentarios, Dani. Yo ya conocía a este actor francés de verlo en otras comedias y casi siempre (si la memoria no me engaña) le tocaban personajes algo atolondrados. Recuerdo una historia extrañísima de un tipo que se va a tirar de un puente justo a su lado y él lo convence de que no salte y lo acaba llevando a su casa y ayudando; pero ese tipo resulta ser un auténtico desastre de hombre que le trastoca toda la vida...
Pero en esta película me ha enseñado una faceta quizás más sosegada y muy convincente en la que se le puede ver observando en silencio... como parte de su oficio de pintor y a la vez influido por ese jardinero acostumbrado a mirar como crecen sus lechugas y tomates con Mozart de fondo, sin saber de quién era esa música que tanto le gusta y que ponen en su vieja radio.
Hace mucho tiempo que le oí a alguien comentar que en los diálogos son tan importantes las palabras como los silencios. Las pausas marcan un ritmo. En esta película se hace un uso muy sabio de este concepto.
(Algo que cada vez hace mejor A. Banderas, por ejemplo, que antes soltaba las frases toodas de un tirón y ponía su cara bonita).

jagan dijo...

Pues nada, estoy deseando ver esta película que a tan intensas reflexiones os conduce. Al no haberla visto no tengo idea de lo acertado de vuestras apreciaciones, fruto sin duda de vuestra notable capacidad de observación, que siempre me admira. Hay no obstante dos puntos que habeis tratado que me han hecho pensar en cosas de las que sí puedo o me atrevo a hablar.
De vuestros comentarios y de lo que se lee en la sinopsis y la entrevista al director del film, concluyo que el jardinero es el auténtico protagonista de la historia, un hombre de pueblo, sencillo y que sabe aprovechar la vida- lo cual de alguna manera, me hace pensar en el mito del "buen salvaje", revisionado-, mientras que el pintor aparece como una víctima de la superficialidad de la vida en las grandes ciudades, víctima en definitiva, del aburguesamiento. ¿Es esta una de las causas de su crisis existencial, una vida vacía, que ha perdido-y la muerte de la madre siempre puede contribuir a ello- parte de su significado? En esta reflexión recuerdo que este es también otro asunto revisitado, el de la alienación del ser humano en la sociedad industrial que tan bien supo traducir en imagen Munch con su obra "El grito" ya a finales del siglo XIX.
Por otra parte, se me plantea otra duda: ¿Es esa sensación de vacío, ese aburguesamiento, lo que provocan en el pintor la huída hacia ninguna parte, esa vuelta al orígen, del que el jardinero nunca salió? ¿o fue esa sensación de vacío la que le llevó a la ciudad persiguiendo un sueño efímero que el jardinero nunca tuvo necesidad de perseguir? Sea como fuere, parece que siendo como es este un mundo complejo, ambos sienten la necesidad de la existencia del otro para definirse a sí mismos o adquirir plena conciencia de
quienes son, como si el contrario fuese un espejo en el que mirarse, para aceptar o rechazar la propia imagen, en un juego de contrarios que haría las delícias de Chema Madoz, como si de sus fotografías llevadas al cine se tratase.
Una última apreciación: en el trailer que he podido ver en Internet, se ve a ambos protagonistas en el Louvre delante de "La libertad guiando al pueblo",
de Delacroix. Sin embargo, pienso que la pintura que hubiera debido de aparecer en su lugar es "El entierro de Ornans" de Courbet -otra vez Courbet, ¿causalidad?-, porque el realismo de esta tela, de mucha tradición francesa, tal como indicaba Dani, parece ser antecedente del tema tocado en la
película, ya que retoma el asunto de la vida de la gente de pueblo,
aparentemente vulgar y anodina a ojos de la burguesía parisina de la época, pero intensa y mucho más plena de lo que ojos y mentes ajenos perciben desde el exterior, como bien supo defender Courbet, uno de los primeros activistas
sociales de la historia, y ha querido explicarnos Becker con su película.
Dicho todo esto, claro, a partir de un acercamiento superficial al film. Igual, después de verlo, pensaré que tenía que haberme mordido la lengua...

Rodrigo dijo...

Efectivamente, Jose, el eje de la película es el jardinero, y a su alrededor están todos los demás personajes para ayudarle a construir mejor la historia. El más humilde resulta ser el protagonista... Bonito, ¿no?.

Me resulta difícil hablar mucho más sin estropearles la sorpresa y el disfrute a aquellos que aún no la han visto. Pero a modo de anécdota, y ya que comentas la escena en que están en el Louvre ante "La libertad guiando al pueblo", el pintor le pregunta "Esta pintura sí la conocerás, no?" "Sí,-contesta el jardinero- la teníamos en un calendario en la cocina... pero como se acabó el año, lo tiramos a la basura. Es lo malo de los calendarios."
Cito totalmente de memoria y solo para mostrar la extraña sensibilidad mezclada con el sentido práctico del jardinero.