Nos reunió el azar,
pero es el amor
–o la amistad (que es lo mismo)–
lo que nos mantiene unidos.
Hoy me desperté con estas palabras bailando en mi cabeza, con recuerdos de tiempos de facultad y de tanto que ha pasado...
Qué quereis, uno se va poniendo viejo.
Ahora, en este momento de calma, pienso que tal vez sea el azar quien nos lance sus hilos con la intención de enredarnos, pero somos nosotros quienes, a fuerza de voluntad y empeño, decidimos cómo tejer nuestros destinos.
Pudimos separarnos sin más, decirnos un "te llamaré" sabiendo que no lo haríamos, llenos como estamos todos de obligaciones y urgencias cotidianas; dejar que el tiempo desgastara las relaciones y la distancia física lo enfriase todo...
Y sin embargo, después de tantos años, seguimos aquí, unidos a pesar de todo.
¡Qué bueno teneros!
¡Y qué bueno llevarle la contraria al olvido!
4 comentarios :
Os tengo a todos en pequeños marcos en el pasillo de casa y cada día os veo y recuerdo buenos momentos compartidos.
Rodrigo, como ves todos tenemos nuestro momento nostálgico... y que dure.
Sera
Gracias por tus palabras, Sera, pero no era una reflexión que se recrease en el pasado sin más. Tal vez tuviese un día más o menos "nublado" en mi cabeza, no me acuerdo. Lo que sí recuerdo es que la idea que me movió a escribir fue la de que lo fácil es olvidar; en cambio lo difícil es mantener los lazos, puesto que precisa de esfuerzo. Y a menudo no se está dispuesto a hacerlo.
Conocer gente, tener compañeros, hasta enamorarse es fruto de la casualidad...
Pero ser amigos o amar y hacer que ese amor funcione y dure es un acto de voluntad, un trabajo duro y diario.
Hay estudios que muestran que el enamoramiento dura más o menos 3 meses. Solo eso. Después se va desgastando.
Así que me planteé que el amor (de pareja, de amigo, etc.) sería un acto de voluntad. Esa era la idea.
Y a veces es la educación que recibimos desde la cuna la que nos marca: todos los cuentos que de niños nos contaban se acababan cuando la princesa encuentra al príncipe... Y es junto ahí cuando empieza la vida en común, su historia. ¿Y qué pasa si al príncipe le huele el aliento por las mañanas?¿Y si la princesa es una superficial? Y a pesar de ello se quieren... ¿Cómo lo solucionan?
No nos enseñaron eso de niños.
Y con joyas como Srek se dan pasos pero me cuesta creer que los peques las entiendan...
Y los cuentos modernos vienen en forma de comedias románticas de la mano de la Meg Ryan de turno o de telenovela venezolana.
Por ahí iban mis tiros: por el triunfo de la voluntad sobre la comodidad.
De que el amor es un trabajo duro y diario, repito, pero un trabajo bueno y bello que contagia como la primavera.
Y copio la última frase que pretendía resumir la intención de aquellas líneas:
¡Y qué bueno llevarle la contraria al olvido!
A mí lo que más me sirve ahora es visitaros en el Blog PáginadeColor, ahí queda eso.
Oye Sera, eso de los marquitos me ha gustado. Por cierto, alguien sabe algo de Ramón, el Grande?
Dani
Os explicaré algo: Tengo junto a mi ordenador una ramita de lavanda que me traje de la Toscana el último verano. Conserva esas pequeñas vainas que en su dia contuvieron las bellas florecillas lilas tan características. Cada vez que, de tanto en cuando, quiero evadirme de la realidad, he tenido un día duro o llevo demasiadas horas delante de la pantalla, tomo una de esas vainas entre mis dedos, la froto
suavemente y empieza a desprender su perfume. Eso me hace sentir automáticamente mejor simplemente porque evoco momentos felices cuyo recuerdo me trae ese olor.
Esa misma sensación tengo cuando abro determinado libro y pienso en ese amigo al que le gustaría leerlo, o que me lo recomendó, o con el que comentamos en su día lo bien que
estaba,... la misma que tengo cuando veo sólo una exposición y me imagino los comentarios de aquella o de aquél amigos respecto de tal o cual obra ("yo me robaría..."), exactamente lo mismo cuando paso por determinada calle o paraje por los que habíamos pasado juntos tantas veces,... Esos y otros momentos desprenden un perfume especial, que es mucho más que añoranza del pasado, es esperanza en poder repetir muchas más veces esos momentos mágicos y es verdad, escasos.
Dani, el amigo Ramon está bién, nos vemos siempre que podemos aunque no tanto como quisiéramos y cada día se acerca más a la imagen que me hago de Don Quijote, delgado y con esa mezcla de cordura y locura que le hacen alguien digno de respeto y simpatía, que ha elegido una vida
voluntariamente aislada que le da un punto de sabio eremita viviendo en el desierto. Lo bueno es que esto que te digo yo, te lo podría decir él mismo, porque tener, tiene
conocimiento de este blog colectivo,...
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